miércoles, 29 de diciembre de 2010

Manifiesto del General Felipe Varela a los Pueblos Americanos

Manifiesto del General Felipe Varela a los Pueblos Americanos

PROCLAMA

¡ARGENTINOS! El hermoso y brillante pabellón que San Martín, Alvear y Urquiza llevaron altivamente en cien combates, haciéndolo tremolar con toda gloria en las tres más grandes epopeyas que nuestra patria atravesó incólume, ha sido vilmente enlodado por el General Mitre, gobernador de Buenos Aires.
La más bella y perfecta Carta Constitucional democrática republicana federal, que los valientes entrerrianos dieron a costa de su sangre preciosa, venciendo en Caseros al centralismo odioso de los espurios hijos de la culta Buenos Aires, ha sido violada y mutilada desde el año sesenta y uno hasta hoy, por Mitre y su círculo de esbirros.
El Pabellón de Mayo que radiante de gloria flameó victorioso desde los Andes hasta Ayacucho, y que en la desgraciada jornada de Pavón cayó fatalmente en las ineptas y febrinas manos del caudillo Mitre -orgullosa autonomía política del partido rebelde- ha sido cobardemente arrastrado por los fangales de Estero Bellaco, Tuyuti, Curuzú y Curupaití.
Nuestra Nación, tan feliz en antecedentes, tan grande en poder, tan rica en porvenir, tan engalanada en glorias, ha sido humillada como una esclava, quedando empeñada en más de cien millones de fuertes, y comprometido su alto nombre a la vez que sus grandes destinos por el bárbaro capricho de aquel mismo porteño, que después de la derrota de Cepeda, lacrimando juró respetarla.
COMPATRIOTAS: desde que aquel, usurpó el gobierno de la Nación, el monopolio de los tesoros públicos y la absorción de las rentas provinciales vinieron a ser el patrimonio de los porteños, condenando al provinciano a cederles hasta el pan que reservara para sus hijos. Ser porteño, es ser ciudadano exclusivista; y ser provinciano, es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos. Esta es la política del Gobierno Mitre.
Tal es el odio que aquellos fratricidas tienen a los provincianos, que muchos de nuestros pueblos han sido desolados, saqueados y guillotinados por los aleves puñales de los degolladores de oficio, Sarmiento, Sandez, Paunero, Campos, Irrazábal y otros varios oficiales dignos de Mitre.
Empero, basta de víctimas inmoladas al capricho de mandones sin ley, sin corazón y sin conciencia. Cincuenta mil víctimas hermanas, sacrificadas sin causa justificable, dan testimonio flagrante de la triste o insoportable situación que atravesamos, y que es tiempo ya de contener.
¡VALIENTES ENTRERRIANOS! Vuestros hermanos de causa en las demás provincias, os saludan en marcha al campo de la gloria, donde os esperan. Vuestro ilustre jefe y compañero de armas el magnánimo Capitán General Urquiza, os acompañará y bajo sus órdenes venceremos todos una vez más a los enemigos de la causa nacional.
A él y a vosotros obliga concluir la grande obra que principiasteis en Caseros, de cuya memorable jornada surgió nuestra redención política, consignada en las páginas de nuestra hermosa Constitución que en aquel campo de honor escribisteis con vuestra sangre.
¡ARGENTINOS TODOS! ¡Llegó el día de mejor porvenir para la Patria! A vosotros cumple ahora el noble esfuerzo de levantar del suelo ensangrentado el Pabellón de Belgrano, para enarbolarlo gloriosamente sobre las cabezas de nuestros liberticidas enemigos!
COMPATRIOTAS: ¡A LAS ARMAS! ¡Es el grito que se arranca del corazón de todos los buenos argentinos!
¡ABAJO los infractores de la ley! Abajo los traidores a la Patria! Abajo los mercaderes de Cruces en la Uruguayana, a precio de oro, de lágrimas y de sangre Argentina y Oriental!
¡ATRÁS los usurpadores de las rentas y derechos de las provincias en beneficio de un pueblo vano, déspota e indolente!
¡SOLDADOS FEDERALES! nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución jurada, el orden común, la paz y la amistad con el Paraguay, y la unión con las demás Repúblicas Americanas. ¡¡Ay de aquel que infrinja este programa!!
¡COMPATRIOTAS NACIONALISTAS! el campo de la lid nos mostrará al enemigo; allá os invita a recoger los laureles del triunfo o la muerte, vuestro jefe y amigo.
FELIPE VARELA
Campamento en marcha, Diciembre 6 de 1866.
(Documento proporcionado por Joaquín Quiroga, Catamarca 2008)

Artigas sobre justicia social

Artigas sobre justicia social, principalmente en el tema de los indígenas.

Art.6 del Reglamento Provisorio para fomento de la campaña:
... "Para ello revisará cada uno en sus respectivas jurisdicciones los terrenos disponibles, y los sujetos dignos de esta gracia, con prevención de que los mas infelices serán lo más privilegiados. En consecuencia, los negros libres, Los sambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados en suertes de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y la de la Provincia."

Instrucciones de Abril del año 1813, Art. 18: "El despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los pueblos".

El respeto de los militares a los ciudadanos cuando escribe a Corrientes:
Al Comandante correntino José F. Vedoya, abril 17 de 1814: "importa muchísimo que usted en su marcha haga observar el mayor orden a la tropa, castigando competentemente a cualquier individuo por cuyo comportamiento se infiera la menor vejación aún al más mínimo ciudadano";

Véase el apoyo de los indios Charrúas en el Éxodo: "... los indios infieles, abandonando sus tolderías, inundan la campaña presentándome sus bravos esfuerzos para cooperar a la consolidación de nuestro sistema”. (A Elías Galván, noviembre 14 de 1811)

Al Cabildo de Corrientes, enero 31 de 1816: Es preciso que a los indios se trate con más conmiseración, pues, no es dable cuando sostenemos nuestros derechos excluirlos del que justamente les corresponde. Su ignorancia e incivilización no es un delito reprensible. Ellos deben ser condolidos más bien de esta desgracia, pues no ignora usted quien ha sido su causante. ¿Y nosotros habremos de perpetuarle? ¿Y nos proclamaremos de patriotas siendo indiferentes a ese mal?

Al Cabildo de Corrientes, enero 9 de 1816: "Los indios, aunque salvajes, no desconocen el bien y aunque con trabajo, al fin bendecirán la mano que los conduce al seno de la felicidad...
Este es el primer deber de un Magistrado que piensa cimentar la pública felicidad"...

A José de Silva, Gobernador de Corrientes, mayo 3 de 1815: “Yo deseo que los indios, en sus pueblos, se gobiernen por sí, para que cuiden sus intereses como nosotros los nuestros. Así experimentarán la felicidad práctica y saldrán de aquel estado de aniquilamiento a que los sujeta la desgracia. Recordemos que ellos tienen el derecho principal”.

Sobre Rivera, el que quería destruirlo, y destruyó su doctrina:
Al Cabildo de Montevideo, julio 31 de 1815:"... necesitando esta plaza de una fuerza que haga respetable las órdenes de Ustedes y mantenga el orden debido, marchó con toda su División y de Comandante de Armas de esa Plaza don Frutos Rivera. Tenga Usted, la bondad de admitirlo, que él respetará las órdenes de usted y sabrá mantener el orden en sus tropas y la seguridad individual de todo ciudadano"

Al Gobernador de Corrientes, José de Silva, abril 9 de 1815: "no hay que invertir el orden de la justicia. Mirar por los infelices y no desampararlos, sin más delito que su miseria. Es preciso borrar los excesos del Despotismo, todo hombre es igual en presencia de la ley. Sus virtudes o sus delitos los hacen amigables u odiosos; olvidemos esa maldita costumbre: que los engrandecimientos nacen de la cuna..."

A Simón Bolívar, julio 20 de 1819: “Unidos íntimamente por vínculos de naturaleza y de intereses recíprocos, luchamos contra tiranos que intentan profanar nuestros más sagrados derechos” (se refería al Imperio de Portugal al que se adscribió Rivera en marzo de 1820).

Al Gobernador de Corrientes, julio 2 de 1815: “No es tiempo de fomentar rivalidades que apaguen el fuego de la Patria y el amor a la causa pública”.

A Manuel Belgrano, abril 11 de 1811: “Nada importa el ultraje de mi persona cuanto está de por medio la felicidad de la patria, y he considerado más bien el sufrir los insultos hechos a mi carácter, que dar lugar a una división que produciría efectos muy contrarios de los que con tantos esfuerzos solicitamos”.

A Andrés Artigas (Andresito), abril 29 y 13 de mayo de 1815: “… los indios deben quedar en plena libertad para elegir a su satisfacción sus propios gobernantes y diputados, cuidando sí, que sean hombres de bien y de alguna capacidad para resolver lo conveniente”…

Al Cabildo de Corrientes, enero 9 de 1816: “usted podría de tantos enemigos que tiene el sistema, y emigrados, señalarles (a los indios) un terreno de esos individuos donde se alimentasen y viviesen bajo un arreglo, siendo útiles a sí y a la Provincia según llevo indicado. Usted adopte todos los medios que exige la prudencia y la conmiseración con los infelices y hallarán los resultados el fruto de su beneficencia”.

A Corrientes, 1815: "Recordemos que ellos (los indios) tienen el principal derecho. Sería una degradación vergonzosa para nosotros mantenerlos en aquella exclusión vergonzosa que hasta hoy han padecido por ser indianos. Acordémonos de su pasada infelicidad y si esto los agobió tanto que han degenerado de su carácter noble y generoso, enseñémosles nosotros ser hombres y señores de sí mismos".

Y PARA QUE SEGUIR: todo eso no se cumplió en el Gobierno de Rivera, se hizo lo contrario. Y así se inició el camino de nuestra destrucción, peleas entre hermanos, cuando Artigas había dicho que quería ver un pueblo de hermanos, y a los mismos pueblos hermanados.
Sin un guía espiritual, político, social, campeó la ambición de cada uno, el acrecentar su poder, el conquistar los máximos cargos, estas fueron las motivaciones principales de aquellos lugartenientes.


TESTAMENTO DE FRANCISCO MORAZAN

TESTAMENTO DE FRANCISCO MORAZAN


SAN JOSE: 15 DE SEPTIEMBRE DE 1842. DIA DEL ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA CUYA INTEGRIDAD HE PROCURADO MANTENER.
EN EL NOMBRE DEL AUTOR DEL UNIVERSO EN CUYA RELIGION MUERO.

DECLARO: QUE TODOS LOS INTERESES QUE POSEIA, MIOS Y DE MI ESPOSA LOS HE GASTADO EN DAR UN GOBIERNO DE LEYES A COSTA RICA, LO MISMO QUE DIEZ Y OCHO MIL PESOS Y SUS REDITOS, QUE ADEUDO AL SEqOR GENERAL PEDRO BERMUDEZ.

DECLARO: QUE NO HE MERECIDO LA MUERTE PORQUE NO HE COMETIDO MAS FALTA QUE DAR LIBERTAD A COSTRA RICA Y PROCURAR LA PAZ A LA REPUBLICA. DE CONSIGUIENTE, MIMUERTE ES UN ASESINATO TANTO MAS AGRAVANTE CUANTO QUE NO SE ME HA JUZGADO NI OIDO. YO NO HE HECHO MAS QUE CUMPLIR LOS MANDATOS DE LA ASAMBLEA, EN CONSONANCIA CON MIS DESEOS DE REORGANIZAR LA REPUBLICA. PROTESTO QUE LA REUNION DE SOLDADOS QUE HOY OCASIONA MI MERTE, LA HE HECHO UNICAMENTE PARA DEFENDER EL DEPARTAMENTO DE EL GUANACASTE PERTENECIENTE AL ESTADO, AMENAZADO SEGUN LAS COMUNICACIONES DEL COMANDANTE DE DICHO DEPARTAMENTO, POR FUERZAS DEL ESTADO DE NICARAGUA. QUE SI HA CABIDO EN MIS DESEOS EL USAR DESPUES, DE ALGUNAS DE ESAS FUERZAS PARA PACIFICAR LA REPUBLICA, QUE SOLO ERA TOMANDO DE AQUELLOS QUE VOLUNTARIAMENTE QUISIERAN MARCHAR, PORQUE JAMAS SE EMPRENDE UNA OBRA SEMEJANTE CON HOMBRES FORZADOS.

DECLARO QUE AL ASESINATO SE HA UNIDO LA FALTA DE PALABRA QUE ME DIO EL COMISIONADO ESPINACH, DE CARTAGO, DE SALVARME LA VIDA.

DECLARO QUE MI AMOR A CENTROAMERICA MUERE CONMIGO.

EXCITO A LA JUVENTUD QUE ES LA LLAMADA A DAR VIDA A ESTE PAIS QUE DEJO CON SENTIMIENTO POR QUEDAR ANARQUIZADO, Y DESEO QUE IMITEN MI EJEMPLO DE MORIR CON FIRMEZA, ANTES QUE DEJARLO ABANDONADO AL DESORDEN EN QUE DESGRACIADAMENTE HOY SE ENCUENTRA.

DECLARO: QUE NO TENGO ENEMIGOS, NI EL MENOR RENCOR LLEVO AL SEPULCRO CONTRA MIS ASESINOS, QUE LOS PERDONO Y DESEO EL MAYOR BIEN POSIBLE.

MUERO CON EL SENTIMIENTO DE HABER CAUSADO ALGUNOS MALES A MI PAIS, AUNQUE CON EL JUSTO DESEO DE PROCURARLE SU BIEN; Y ESTE SENTIMIENTO SE ALIMENTA PORQUE CUANDO HABIA RECTIFICADO MIS OPINIONES EN POLITICA EN LA CARRERA DE LA REVOLUCION, Y CREIA HACERLE EL BIEN QUE ME HABIA PROMETIDO PARA SUBSANAR DE ESTE MODO AQUELLAS FALTAS, SE ME QUITA LA VIDA INJUSTAMENTE.

EL DESORDEN CON QUE ESCRIBO, POR NO HABERSEME DADO MAS QUE TRES HORAS DE TIEMPO PARA MORIR, ME HABIA HECHO OLVIDAR QUE TENGO CUENTAS CON LA CASA DE MR. M. BENNET DE RESULTAS DEL CORTE DE MADERAS EN LA COSTA DEL NORTE, EN LAS QUE CONSIDERO ALCANZAR UNA CANTIDAD DE DIEZ A DOCE MIL PESOS, QUE PERTENECEN A MI MUJER, EN RETRIBUCION DE LAS PERDIDAS QUE HA TENIDO EN SUS BIENES PERTENECIENTES A LA HACIENDA DE JUPUARA, Y QUE TENGO ADEMAS OTRAS DEUDAS QUE NO IGNORA EL SEÑOR CRUZ LOZANO.

QUIERO QUE ESTE TESTAMENTO SE IMPRIMA EN LA PARTE QUE TIENE RELACION CON MI MUERTE Y LOS NEGOCIOS PUBLICOS.

FRANCISCO MORAZAN

Notas:
Al estampar su firma, se incorpora y vuelve a leer: "Declaro que mi amor a centroamerica muere conmigo..."

"No era Morazán que se iba de la patria, por los agujeros que se inauguraron en su pecho aquella tarde, era la patria la que se iba con el. Despues...se abalanzaron las tinieblas de una densa noche...de una noche resinosa de dos siglos, que todavia perdura sobre este istmo largo y trasijado como los suspiros de dolor del infortunio."

"Quiero que mis cenizas descansen en el suelo de El Salvador, cuyo pueblo me fue tan adicto."

"En el angulo suroeste de la plaza se coloca de espaldas a un pequeño muro. Rehusa una silla que le ofrecen. A Villaseñor lo colocan en su silla de espaldas al piquete, sin que el lo advierta pues esta apenas consciente, por una dosis de laudano que le hicieron ingerir para calmarle el dolor de sus dos heridas en el pecho. Morazan le arregla los cabellos que le caen sobre la frente expresandole: -Querido amigo, la posteridad nos hara justicia. Se persigna: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. Pide el mando de la escolta, y abriendose la negra levita, y descubriendose el pecho con ambas manos, yergue su alta y delgada figura, y con voz inalterada como quien da ordenes en una parada militar, manda: -Preparen armas; apunten (corrige una punteria); fue...

La ultima silaba es apagada por una descarga cerrada. Villaseqor que recibe el impacto de los plomos en la espalda, se va de bruces. Entre el humo de la polvora, se ve que Morazan alza levemente la cabeza y musita: -Aun estoy.. vivo.

Tomado de: Morazan, Laurel sin Ocaso Volumen II, por Miguel R. Ortega